Atardecer de Noviembre

25-11-1998

Empieza a caer la tarde, el viento sopla y empuja la luz hacia las estrellas, el sol despide al día con un esplendoroso atardecer lleno de rosas y celestes mezclados con dulces naranjas encendidos, el frío de noviembre está en el aire, el ruido y el estrés de esta ciudad no le permite a muchos contemplar este cotidiano y bello suceso, no todos los atardeceres son tan coloridos como éste, pero todos los atardeceres merecen ser vistos, aunque no siempre se tenga el tiempo para ello, no todos los días tenemos la oportunidad de escuchar como la naturaleza hace al mundo girar, diciéndonos que así como el día nace y muere, así corre el tiempo, segundo a segundo, constantemente el mundo gira y como el tiempo, no se detienen, no para, no espera a nadie, es un ciclo constante, y la vida transcurre, los ancianos enferman y mueren, los jóvenes envejecen, los adolescentes maduran (casi todos), los bebés nacen y dentro de este ciclo de tiempo y de vida: ¿Dónde estás tú? ¿Eres de los que envejecen? ¿Eres de los que lloran? ¿O de los que viven de noche? ¿Estás entre los que sólo roban oxígeno?

Yo estoy entre los que buscan algo, una razón para la insensibilidad, un pretexto para no sentir el frío que un atardecer te hace sentir, es contradictorio tal vez, pero este frío y colorido atardecer me llena el espíritu con un pequeño ejemplo de la creación, y al mismo tiempo me hace notar que estoy sólo ante la inmensidad, sintiendo el frío de la soledad, debiera parecer imposible, si conozco a muucha gente! Hasta tengo amigos de verdad! Y es por eso que trato de explicarme porqué este sentimiento aparece justo entre este cielo gris-violáceo, y no digo que mi alegría de vivir se extingue con la luz de éste día, luego de descubrir que es la soledad la que me acompaña al final de esta jornada.

¿Dónde están tú y tu soledad? ¿ Entre los que piensan y sienten de verdad o entre los que no tienden ni la más mínima idea de lo que implica existir?

Este loco monólogo no intenta decir que sea mejor atardecer sólo que mal acompañado, ni es una guía práctica para encontrar a tu soledad perdida, lo que quiero resaltar es que hay mucho que ver en un simple atardecer. ¿Eres capaz de reflexionar y ver al mundo girar? Mientras veo la noche nacer apuesto que la pregunta anterior sólo tu la puedes responder.....

Es Mejor Morir....

4 de sep de 1998

1:49 am

El amor es eterno mientras dura, pero dile a un corazón solitario que no busque compañía, dile a un lápiz que no escriba, dile tu a un fumador que no fume...

Confieso que se necesita estar un poco loco para encontrar similitud entre un lápiz y un corazón o comparar un amor con un cigarrillo, el lápiz se acaba de tanto hacerle punta, el corazón, por su parte, se cansa de tanto latir, de tanto sentir y cuando el amor ya no pinta, el corazón termina como el lápiz, acabado.

Por otra parte, comparar un amor con una fumada puede ser un tanto más complicado, por ejemplo, el amor, al igual que la marca de tu cigarrillo, entran por los ojos, cuando uno se entera de que esa persona (o marca) existe, la encuentra anunciada por todas partes. Luego de conocer a la persona, y de hacerte una idea de cuanto te va a costar conseguirla, hay que notar que cualquiera paga lo que sea por conseguir ese paquete lleno de 20 cosas que te vuelven loco...

Bueno, ya llevando a la persona de la mano, te mueres por destapar el paquetito, y así conocer más a fondo a tu nueva pareja, y así tomas el primer cigarrillo y lo enciendes con un tímido beso, el humo es el que da la sensación de estar en las nubes y el aire cargado de nicotina e ilusión te llega hasta la sangre...

Encendido ya este amor, empiezas a acumular ceniza en el cenicero de los recuerdos, y el tiempo lejos del tabaco te parece eterno, tu boca extraña el sabor de una fumada, es allí donde empieza la adicción, cualquiera que se las lleve de insensible diría: "... no, si yo sólo me fumo dos al día...", pero ojo con esto que ni el amor ni la nicotina son un juego, ambos pueden ser mortales si no se manejan de manera adecuada y llegas a habituarte a tal grado que con sólo cerrar los ojos puedes sentir su olor, su sabor...

La nicotina y el amor son para mí las cosas más adictivas que existen, después del sexo y el tequila por supuesto! Después de tantas similitudes hay que encontrar algunas diferencias, por ejemplo, así como fumar es nocivo para tu salud, puede existir algún amor que no dañe ni una célula de tu organismo, y ser tu todo mientras la relación dure, pero no hay que dudar que siempre aparecerán nuevas marcas, de nuevos tabacos, y en el momento menos esperado te dejan tirado y machucado como una colilla en la puerta del estadio, abandonado por un rubio de cajetilla dura...

Es entonces cuando aquel lindo e inocente amor resultó ser mas dañino que la fumada, por lo que concluyo que el amor es algo muy relativo. Si tu no fumas, no empieces, es malo; si tu no amas ni a tu linda mascota, no empieces a hacerlo, porque es mejor morir de cáncer que morir de amor.

Por favor.

Hoy vi una luz, mas no era de esas que brillan en el cielo, esas que les dicen “estrellas”, era una de esas luces que se encienden con una sonrisa, era una de esas luces que se esconden a la sombra de dos ojos cafés, a la sombra de una mirada tierna, de una sonrisa dulce, piel blanca como las nubes, gestos suaves, manos cariñosas que no son mías, ni lo serán, no puedo tomarlas, no quiero atrapar esa luz y hacerla mía, no puedo a pesar de que extraño el calor de ese tipo de luz, es irónico que mi forma de percibir la luz y mi concepto de la vida sean las grietas principales del abismo que me separa de esa luz, no concibo conquistar a alguien que maneje la idea de que lo mundano la aleje de sus creencias, aun así, son esas creencias parte del carisma que enciende la luz, no estoy deslumbrado –todavía--, no he de confundir mi capacidad de percibir el interior de alguien con una vana ilusión, ya no puedo darme ese lujo, mi endurecido corazón no lo soportaría, así que luz, si no has de iluminar mi vida, quédate afuera de mi túnel, por favor.

Noche sin fin

Día largo

Noche corta

Luna llena

Corazón vacío

Palabras dulces

Vida corta

Euforia pacífica

Silencio ruidoso

Murmullo silencioso

Doctrina gastada

Vaso vacío

Sociedad anónima

Copa rota

Luz apagada

Bolsillo vacío

Tacto mudo

Letra invisible

Ley inútil

Noche sin fin.

Esto lo escribí originalmente el 8 de Febrero de 2001, cuando aún era un veinteañero, en un mi cuaderno que tuve a bien de encontrar en el cajón del olvido hace unos pocos días, ahora que la vida me ha llevado a retomar muchos pendientes, como dijera Fito, es tiempo de volver a mí...